Estamos ya en pleno otoño y, siguiendo el ciclo de los Cinco Elementos (Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua), nos encontramos en el ciclo de Metal, que nos acompañará hasta el invierno, cuando deje paso al elemento Agua.
El elemento Metal, que se relaciona con la energía de resistencia, es necesario para la inspiración y la creatividad, para trabajar con símbolos y mitos y desarrollar el altruismo y la filantropía. También para relacionarse con los hijos.
Es una energía que nos impulsa hacia nuestro propio interior, por lo que, si queremos potenciarla mediante la ayuda de un vino, deberemos buscar un caldo ya consolidado, tan denso y potente como el propio metal (habrá que desdeñar cualquier cosechero), y tal vez, en lugar de buscar un momento festivo con mucha gente para descorchar la botella, deberemos saborearlo en la intimidad, casi en soledad, pues el proceso para potenciar la visión interior, la inspiración y la creatividad es casi siempre siempre individual y solitario.
Jordi Monner
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